Trabajo, trabajo y trabajo.

Analizando la primera curva que dimos con la Reina de los Cielos este año pasado me he dado cuenta de lo que somos capaces de hacer debajo de un trono, un impresionante trabajo.
Llegamos a la curva dando unos cambios suaves y sin ningún movimiento extraño a pesar del desnivel considerable que antes de dar la curva se puede ver que coge la cabeza (1:37), arrancamos justo con la marcha, frenamos el ritmo par trabajar la curva con la mecida y siempre con un puntito de frente para ir ganando sitio.
Todo con un trabajo ordenado, siempre empezando la mecida hacia la izquierda, empujando fuerte arriba, bajando a la Virgen como se tiene que bajar, despacio y con el hombro.
Todo esto sumado a lo que mas importante fue que en las marchas a tambor se andaba ganando muchisimo terreno para recuperar el no ganado cuando sonaban marchas.
Un grandisimo día, Daffari iba bajo esos varales.