27 de noviembre de 2010

EL INICIO DEL CAMBIO

Corría el año 1996 y la Agrupación de Cofradías celebraba su setenta y cinco aniversario fundacional. Entre los diversos actos organizados para celebrar dicha efeméride destacaba sobre manera una magna exposición de tronos en la S.I.C.B. de Santa María de la Encarnación.

Los "participantes" fueron: Virgen de Garcia (Hermandad del Rescate); Señor de los Pasos (Hdad. Sacramental del Rocío); Xto. Coronado de Espinas (Estudiantes); Virgen de las Penas; Santo Sepuclro y la Virgen de las Angustias de Murcia.

Dicha exposición hizo que tuviéramos dos días de procesiones extraordinarias en la ciudad. Una a la ida y otra a la vuelta, aunque en este último caso decir que la Virgen de las Angustias no hizo recorrido de regreso, quedándose en el primer Templo de la ciudad a la espera de su viaje de vuelta a su ciudad de origen.

Esta magnífica imagen que tallara Francisco Salzillo en 1741, partió en su recorrido hacia la Catedral desde la Iglesia de los Santos Mártires (aún recuerdo la noche en qué llegó y fue cuidadosamente "desembalada" en la misma puerta de la Iglesia). Tan maravillosa obra de arte despertó el cariño y admiración de todos los malagueños que presenciaron su paso portado por lo que nosotros conocemos como horquilleros.



Al margen de la Virgen de las Angustias me quedé en aquellos días con dos hechos, para mí, muy significativos: el Señor de los Pasos y la Virgen de las Penas.

El primero de ellos porque fue primorosamente acompañado por la Banda de Cornteas y Tambores de las Reales Cofradías Fusionadas (con el paso de los años creo que volvieron a acompañarlo una tarde noche de Martes Santo). Aquello fue una novedad en la Málaga cofrade: "un trono de Cristo con banda de cornetas". A esa fecha sólo teníamos, si no recuerdo mal, el acompañamiento de la propia banda de Fusionadas al Cristo de la Exaltación. El Señor de los Pasos en Semana Santa iba por aquellos años acompañado por una Agrupación Musical de Morón de la Frontera, pero las cornetas no habían llegado en firme. Era tan sólo el sueño de unos ingenuos frente a aquellos que decían que un trono en Málaga no podía andar bien con cornetas y tambores... nada más lejos de la realidad. Otra novedad fue la hora a la que salió el Señor. Eran las cuatro de la tarde (parece como si fuera una premonición de lo que ha ocurrido esta pasada Semana Santa) y el sol hacía brillar aún más si cabe el magnífico dorado de su trono. Sonó Requiem mientras el Señor abandonaba la calle Amargura y el conjunto trono-banda fue espectacular todo el recorrido. Sí, llegaron cansados; pagarían la novatada, pero aquello fue maravilloso y aún conservo en mis retinas como si fuera ayer, la entrada en el Patio de los Naranjos y la difícil maniobra para salvar la reja que da acceso a la puerta del Patio de los Naranjos.



Mención aparte merece el paso que mantuvo en todo momento la Virgen de las Penas. El conjunto música-palio fue algo que no se había visto en nuestra ciudad hasta la fecha. La salida desde San Julián como siempre la hemos conocido: ajustada, emocionante, ... Luego llegó ya lo menos esperado. La Virgen transitaba por calle Carretería a los sones de Rocío. Hasta ahí todo normal, pero luego llegó el famoso sólo de flauta, y entonces ocurrió. El trono se detuvo para acompasar lentamente su mecida a la dulce melodía que sonaba, y justo cuando terminó y empezaba de nuevo el fuerte de la marcha, el trono se "arrancó" al son de la música. Aquello fue otro cambio, y máxime de los años en los que estábamos hablando. Aunque hace tan sólo catorce años de aquello, algunos sabréis como andaban los tronos en Málaga con la música a finales de los noventa.



No quiero dejar de pasar de la oportunidad de destacar la labor de los capataces que hicieron posible aquella maravilla. Manolo Garcia (capataz que lo fue del Cristo de la Agonía hasta 2003 si no me falla la memoria, y además ese año llovió y no pudo salir), con él se llevó a cabo la transición a la cornetas tras el Cristo de la Agonía. Primero fue la banda de la sevillana Hermandad de la Exaltación quién sustituyó a la Banda de Música de Alozaina,y luego la de cornetas de la Esperanza cuando la banda de la Exaltación se disolvió; Agustín Fernández, actual capataz de María Santísima de las Penas y hombre de trono de la Esperanza; José Miguel Navas, hoy hombre de trono del submarino de la Virgen de la Esperanza; y Rafael López Taza, actual hermano mayor de la cofradía ferroviaria de la Cena.

El regreso de la Catedral hasta San Julián fue igualmente memorable, destacando como no, el paso por vez primera por calle San Agustín. Aquello fue otro cambio de los que sientan una base. ¿Quién ve hoy a las Penas (y tantas otras) sin calle San Agustín? El paso por la primera parte estrecha, donde está el balcón de rejas altas frente a la Iglesia de San Agustín, fue simplemente precioso. Después comenzó a sonar Virgen del Valle... Son tantos y tan buenos recuerdos los de aquella noche que podría escribir muchas páginas sobre aquello, por la importancia y repercusión que tuvo todo aquello en la actual forma de andar de nuestros tronos y del acompañamiento musical.

Aquello posiblemente fue el inicio del cambio.

ElMarques.

1 comentario:

  1. De aquél momento guardo especiales recuerdos: la entrada de la Piedad "al paso" al patio de los Naranjos sonando "Cristo de la Agonía"; la salida del Señor de los Pasos (andaba demasiado lento con tambores y lo "pagaron" luego); la Virgen de Gracia con las cabezas de varal de la Soledad del Sepulcro; y, como no, la Virgen de las Penas. Precisamente ésta, en su recorrido, hizo cosas que hasta ahora nunca se habían visto en Málaga. Me quedo sobre todo con la llegada a San Julián -entró desde Carretería- dando una vuelta de 180º en la puerta de la Iglesia, sin bajar, con su marcha interpretada dos veces por la banda de la Expiración. Aquello unido a otras cosas hizo que desde entonces las Penas contara con un hermano más.....

    ResponderEliminar