14 de abril de 2012

EL ACUCIANTE PROBLEMA DE LOS HOMBRES DE TRONO EN LA DECADA DE LOS 50

Las nuevas Reglas de la Agrupación habían introducido en su articulado una subvención única para todas las Cofradías introduciendo la distinción entre las mismas por el numero de tronos que llevase. Eso llevaba a las Cofradías a administrar esa cantidad de dinero entre las necesidades que cada una tuviese dejando libre a la Agrupación de tener que hacer frente de distintas subvenciones en base a número de hombres de trono, cera, o bandas que cada una llevase. Desde esa perspectiva se daba a cada Cofradía una cierta autonomía y se limitaba también una posible vía de ingresos que se podía basar en un "supuesto" número de hombres de trono que realmente cupiesen en los varales del trono pero que ciertamente no llevase - Es una hipótesis a verificar pero podemos encontrarnos aquí con una nueva razón que explique lo que Agustín Clavijo llamó la "carrera hacia la magnitud de los pasos". Nos referimos a que el aumento de tamaño no necesariamente fuese movido por un intento de magnificencia sino por una posible rentabilidad de la Cofradía que de esa manera se vería más beneficiada con la ayuda de la Agrupación -. Desde hacía años los hombres de trono se habían convertido en un verdadero problema para la Agrupación y para muchas de las Cofradías que la integraban al extremo que, nada más iniciarse el año 1950 la Junta de Gobierno propone reunirse en sesión extraordinaria para tratar monográficamente el asunto de los hombres de trono. De esa manera el 10 de Febrero se reúnen los Hermanos Mayores para estudiar distintos aspectos de la problemática que planteaban los hombres de trono. Francisco Triviño pensaba que las circustancias económicas del país provocaban que existiesen un buen número de parados que necesitaban del salario de la salida procesional y eso hacía que hubiese un alto número de hombres de trono que no estaban preparados físicamente por lo que proponía la creación de una oficina de control en la Agrupación, que no fue aprobada, donde sólo pudiesen apuntarse aquellos que fuesen portuarios o cargadores; por otro lado se planteó la cuestión salarial y en base al salario de un hombre del muelle se estableció el jornal de un hombre de trono aunque estipulándose previamente una división sectorial de la ciudad según las Cofradías proviniesen de algún barrio o del centro. En base a estos planteamientos se acordó un jornal tipo de 30 ó 35 pesetas según fuese la Hermandad de centro o barrio respectivamente - El jornal de un cargador del muelle, con ocho horas de trabajo, se estipulaba en 28´25 pesetas. El del hombre de trono era más bajo como punto de partida -20 y 25 pesetas- pero se incrementaba gracias a una gratificación única de 10 pesetas. AACM. Junta de Gobierno. 10 de Febrero de 1950 -. Junto a estos temas también surgió la polémica poniendo de manifiesto el distanciamiento entre las distintas Cofradías agrupadas siendo el punto de fricción los agasajos que algunas Hermandades ofrecían a sus hombres de trono y capataces lo que hacía que estos trabajasen mejor con estas Cofradías lo que significaba una reserva del personal cuando iban llevando otras.


No sabemos si todos los acuerdos tomados fueron realmente efectivos pero este año donde los hombres trono fueron objeto de un análisis monográfico por parte de la Junta de Gobierno de la Agrupación, los capataces rindieron un homenaje a José Alvarez Gómez, Presidente en esos momentos de la Agrupación y Hermano Mayor del Sepulcro, el 14 de Mayo de 1950; y además la Cofradía del Prendimiento, recién agrupada, quiso aglutinar en su seno precisamente a los hombres de trono de nuestra Semana Santa. 

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