4 de enero de 2011

Un buen Hombre de Trono


Es compromiso, el compromiso que hace ponerte bajo tu varal y levantarlo por primera vez como si en ello fuera tu propia vida, para después levantarlo de nuevo como si en ello fuera tu propia vida, para después levantarlo como si en ello fuera tu propia vida, para cuándo estés en el último tirón fuera en ello tu propia vida...., por siempre.

Es querer, en más de uno de sus sentidos; querer en ganas, querer en amor a los Titulares, querer en respeto y cariño por una corporación, querer a tus compañeros, querer una tradición y una función, querer un trabajo; amar tu Semana Santa, tus creencias y tus tradiciones.

Es respeto, es inclinarse siempre ante Quién te mueve, es oir una campana y obrar al instante, es oir la voz del capataz y hacerla tuya, es acatar las normas y recomendaciones de tu Corporación, es por tanto ser consecuente con la idea de Cireneo de la que somos herederos, es vestirse por los piés.

Es orgullo, pues cuándo metes el hombro tienes que sentirte como el hombre más importante que haya sobre la tierra, como el indispensable, el único, el que tú sabes que tienes que ser y que todos esperan que seas; eres TÚ.

Es humildad, sin ella no somos nada, sin ella erraremos como hombredetrono y nos haremos simples, vulgares, carentes de interés. Humildad es sinónimo de Jesús y por tanto engarza con el punto anterior; humildad es ser digno.

Es una forma de vida, por tanto es algo que tiene que estar siempre presente a lo largo del año, es algo que hay que recordar todos los días, es algo que hay que cumplir cada minuto, cada momento, con las premisas expuestas anteriormente.

Ser hombredetrono es ser cristiano, coherente con ello y firme en su trabajo.



Ricardo Aguilar Sepúlveda.
Hombredetrono

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