Al paso pollinico. Un clásico.

Hoy resulta habitual ver ciertos tronos, que cada vez son más, cuyos hombres realizan movimientos y pasos diferentes a los sones de determinadas marchas. Ya no sólo nos ceñimos a andar de frente y a mecer en el sitio o andar hacia atrás por la caprichosa inercia del momento, sino que también se mece con arte y pellizco, interpretando con gracia el andar a cada parte de la marcha que suena. Hemos evolucionado. Hay estilos para todos los gustos y cada vez se están desarrollando, puliendo y perfeccionando más, hasta el punto de ensayarse o prepararse. En algunos casos se anda de esta manera durante gran parte del recorrido, y en otros sólo con determinadas marchas.

Si retrocedemos en el tiempo y buscamos el origen de ésta realidad actual, muchos coincidirán en señalar a los hombres de 'Lágrimas y Favores' como punto de partida. Yo diría que fueron quienes lo impulsaron y revolucionaron. El punto y aparte. Pero hay antecedentes que no deben dejarse a un lado. Tengamos en cuenta el trabajo que, por ejemplo, llevaban realizando tiempo atrás los hombres del submarino de la Pastora de Capuchinos, similar al de Lágrimas. Pero, para mi, el verdadero principio es el 'paso pollinico' que hacen los hombres de trono de María Santísima del Amparo.

Esta popular forma de andar, consistente en avanzar dos pasos y mecer otros dos en el sitio -saliendo con el pie izquierdo-, nació hace años de la mano de Jesús Saborido, ex hermano mayor y antiguo mayordomo de trono de la Virgen. Constituyó una novedad y se convirtió en una de las señas de identidad de la hermandad. Aunque esta práctica permanezca hoy eclipsada por otras formas más vistosas y atractivas de andar, no olvidemos que es uno de los pilares en los que se ha ido apoyando el desarrollo de esa 'revolución' del andar del trono malagueño. Por cierto, no puede dejarse de hacer mención especial a los hombres de trono de la Pollinica. Discretos y fieles. Hay mucha calidad en los varales de esta hermandad. Buena media de edad y buen trabajo.