31 de agosto de 2011

Hombre del toro, y de trono.



Málaga ha dado un nuevo torero, Saúl Jiménez Fortes. Hombre de trono de la Virgen de Gracia y Esperanza, de la Hermandad de los Estudiantes. No es el único hombre de trono que se viste de luces, pero es noticia. Se doctoró en Bilbao, donde tomó la alternativa el pasado 24 de agosto durante la Semana Grande bilbaína. Nada más y nada menos que convertirse en torero en la plaza más seria en la que se despachan toros hoy en día, ante las cámaras, con El Juli como padrino, Talavante como testigo y toros de Jandilla. Una gran responsabilidad que supo asumir dignamente, estando a la altura. La tarde no salió buena, no se cortó ni una oreja -ni él ni sus compañeros-, pero Saúl gustó y se le ha dado crédito para que demuestre qué torero es, cuya carta de presentación ha sido su última temporada como novillero, destacando en plazas importantes como Sevilla o Madrid. Un paso más en su carrera, y ahora empieza algo difícil, luchar en el escalafón de matadores.


Saúl tiene cosas a favor. Sabe qué torero es y tiene un concepto que defiende cada tarde. Está muy hecho y tiene la cabeza en su sitio. Firmeza, 'pasoalante', valor, pureza y una técnica muy depurada, sin duda cualidades que le hacen haber sido uno de los novilleros más destacados del año y que han propiciado su alternativa en Bilbao, donde sólo dos toreros de fuera se han convertido en matadores en la historia, Martín Aguero y Saúl. Un honor que supo corresponder. Málaga está con él y todos esperamos verle triunfar. Ya ha dado un primer paso, apenas varios días tras su alternativa, saliendo a hombros durante la feria de la Virgen del Mar de Almería, junto al Juli y Manzanares, casi ná.


Hombre de trono y matador de toros. Dos cosas muy distintas pero muy relacionadas entre sí. En la intimidad de muchos toreros se esconde una relación muy estrecha con un Cristo o una Virgen a quien se encomiendan antes de jugarse la vida. Una imagen bordada en un capote de paseo, en forma de insignia o broche sobre el corbatín, o medalla bajo la camisa, estampas que presiden la mesa de la habitación de hotel donde se visten de luces, en mente cuando entran en capilla y, en muchos casos, como el de Saúl, sobre su hombro el Lunes Santo. Qué bonita conexión entre dos mundos tan distantes. Sayas de Virgen hechas con trajes de torero o, al revés, un traje de torero de Javier Conde hecho con terciopelo del manto de besamano que le hizo Salvador Oliver a la Esperanza. Toreros bajo el varal o, incluso, Antonio Ordóñez, que fue hermano mayor de la Esperanza de Triana.



Toda la suerte del Mundo para nuestro nuevo torero.

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