Hace algunos días saqué el tema de las cuestas. Calles con pendiente, más o menos acusada, que subían algunas cofradías. Hablamos de la Crucifixión y de su recogida por la calle Carrión, como principal referente, habiendo otros ejemplos como las hermandades que suben cuestas hacia Capuchinos o el Ejido, las victorianas, las que suben la Rampa de la Aurora y otros casos. Pero también es preciso señalar la dificultad de las cuestas hacia abajo.
Quizá no esté tan valorado, o no concentre tanta atención y observación por aquellos que buscan la maniobra complicada, como la curva cerrada, una doble curva, la calleja estrecha o la cuesta hacia arriba cuando los tronos vienen de vuelta y sus hombres agotados; ni arranque grandes aplausos, ni provoque tanta expectación, como la masiva acogida que tuvo el Prendimiento cuando decidió volver por la calle Carrión. Pero, desde luego, un trono cuesta abajo requiere de mucha maña por su complicación, y eso lo saben hermandades de barrios altos que tienen que recorrerlas.
Un ejemplo, la Cruz Verde, (o sus vecinas Peña, Mariblanca o Altozano). Varias son las hermandades que la transitan, hacia arriba o hacia abajo. La primera en pasar por esta calle es la Crucifixión, que la baja buscando el Centro en la tarde del Lunes Santo. El Martes Santo lo hace el Rocío, que desde el 2010, cuando empezó a abrir la jornada, decidió hacer la ida por ahí dejando la calle Victoria para la vuelta. Recordamos que antes la subía de recogida, protagonizando aquel clásico cierre de Martes Santo, en el que muchos cofrades acompañaban a la hermandad en su vuelta, de madrugada. El Viernes Santo se recorre este calle, tanto de subida como de bajada. Por la tarde lo hace el Calvario, que desde hace años baja por ese entramado de calles cuesta abajo. Y por la noche la sube el Amor, que también decidió recientemente alternar calle Victoria -a la ida- con esta parte del barrio -de vuelta-. Por cierto, ¿veremos algún día la Humildad por ahí?
Estas calles con pendiente, cuando se bajan, acarrean una serie de dificultades. No soy un experto en la materia, pero desde mi experiencia como hombre de trono de la Virgen del Calvario he vivido este tipo de calles. El peso se viene hacia la cabeza, por la inclinación, por lo que debe realizarse un esfuerzo añadido. No consiste en andar solo de frente, sino en cuidar los pasos, aguantar los kilos, no pegar bandazos, no perder la mecida y contener la inercia natural que supone ir hacia abajo. Es más complicado de lo que parece y requiere que la cabeza del trono trabaje bien. Son calles para hacerlas despacito y con cuidado; cualquier movimiento en falso, que en un llano pasa más inadvertido, en estos casos da muchísimo el cante. Hay que destacar que estas calles de las que hablamos tienen una complicación añadida, y es que alternan cuestas hacia arriba y hacia abajo.
Tres ejemplos: La Virgen del Rocío bajando por la Cruz Verde a la perfección. Y un punto muy curioso, la doble curva Cruz Verde -esquina Frailes- Peña (en su parte baja). Aquí vemos el Cristo de la Crucifixión y la Virgen del Calvario. Se viene bajando la Cruz Verde, se hacen ambas curvas en una parte llana y se comienza la calle Peña cuesta arriba. Momentos recomendados para quien guste de este tipo de maniobras.
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